La Ribera es la zona de Navarra que menos recicla y que más cantidad de basura entierra, unos porcentajes muy alejados de la media navarra y también de los objetivos que se había marcado el Plan de Residuos de Navarra 2017-2027. Así lo demuestra un informe del Consorcio de Residuos de hace poco más de un año en el que se apunta que la Mancomunidad de Residuos Sólidos de la Ribera "eliminó" en 2017 el 72% de la basura que recogió, mientras que consiguió una "valorización total" de los residuos del 28% restante. Estas cifras muestran cómo el vertedero de El Culebrete es el que, en porcentaje, recibe para enterrar una mayor cantidad de basura de las 37.427 toneladas que se recogieron en 2017.

Según el informe de Seguimiento al Plan de Residuos de Navarra 2017-2027 elaborado por el Consorcio, la Mancomunidad de Residuos es la que peores cifras ofrece dado que en lo que se refiere al reciclado de lo depositado en contenedores no llega al 30%, cuando la media navarra es del 37% y hay mancomunidades como la de Sakana que alcanza el 54% o las de Bortziriak, Baztan y Malerreka que llegan al 43%, o el 37% de Pamplona. Tras la Ribera quien menos recicla es Esca-Salazar con un 35%.

En la otra cara de la moneda las diferencias son aún mayores, ya que frente al 72% de basura enterrada en el Culebrete, se encuentra que la media navarra es del 63%. Las que menos reciclan, junto a la Ribera, serían Sangüesa y Araxes con un 64%, mientras que quien menos entierra es Sakana, con un 47%.

Hay que recordar que, frente a estos datos, en la documentación sobre sus cifras que cuelga la Mancomunidad en su página web, en 2017 esta entidad daba unas cifras distintas. En el Culebrete se habían enterrado el 46,01% de toda la basura que llegó, mientras que el 53,99% se trató y pudo recuperarse. Esa cantidad era dos puntos superior a lo conseguido en 2016 que era del 51,79%. En ese año la Ribera produjo 37.427 toneladas de basura, lo que significa 430 kilos por habitante y año, de los que enterró 311 y recuperó 118 kilos por habitante y año.

Dentro de las recomendaciones que realiza este informe se apunta que el actual, es "un momento clave para el cumplimiento de los objetivos de reciclado y la correcta gestión de los residuos orgánicos domésticos es fundamental para ello". Por este motivo se señala como "prioritario", además de la prevención, el "impulso de la recogida y captación de la materia orgánica de manera selectiva y con el menor número de impropios", algo en lo que la Mancomunidad de la Ribera sigue estando atascada sin implantar aún el quinto contenedor. A este respecto se añade que "el esfuerzo de todas las entidades locales debería reforzarse en este sentido, en especial en aquellas que no han desplegado suficientemente esta recogida selectiva".

Por este motivo, entre las conclusiones se apuntaba que en 2017 "la eliminación de residuos biodegradables en vertedero ha incumplido el objetivo 2016 y se encuentra lejos del cumplimiento del objetivo 2027". En este sentido, destacan la situación del vertedero de Góngora, "responsable mayoritario de estos incumplimientos, ya que vierte directamente sin tratar la fracción resto de los residuos domésticos que recoge". Pese a ello, su recuperación de residuos se encuentra en el 37%.